sábado, 18 de abril de 2015

Comentario de texto. "Manuscritos..." Texto 13


Texto 13 (líneas 210-219)


Hemos visto cómo, dado el supuesto de la superación positiva de la propiedad privada el hombre produce al hombre, a sí mismo y al otro hombre; cómo el objeto, que es la realización inmediata de su individualidad, es al mismo tiempo su propia existencia para el otro hombre, la existencia de éste y la existencia de éste para él. Pero, igualmente, tanto el material del trabajo como el hombre en cuanto sujeto son, al mismo tiempo, resultado y punto de partida del movimiento (en el hecho de que ha de ser este punto de partida reside justamente la necesidad histórica de la propiedad privada). El carácter social es, pues, el carácter general de todo el movimiento; a como es la sociedad misma la que produce al hombre en cuanto hombre, a también es producida por él. La actividad y el goce son también sociales, tanto en su modo de existencia como en su contenido; actividad social y goce social. La esencia humana de la naturaleza no existe más que para el hombre social, pues lo a existe para él como vínculo con el hombre, como existencia suya para el otro y existencia del otro para él, como elemento vital de la realidad humana; sólo a existe como fundamento de su propia existencia humana. Sólo entonces se convierte para él su existencia natural en su existencia humana, la naturaleza en hombre. La sociedad es, pues, la plena unidad esencial del hombre con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, el naturalismo realizado del hombre y el realizado humanismo de la naturaleza.



Exposición de la temática del texto


En este capítulo del tercer manuscrito, perteneciente a los “Manuscritos de economía y filosofía”, de donde se extrae el fragmento, Marx reflexiona acerca de las consecuencias del trabajo alienado y de manera muy particular sobre su resultante más decisiva, la propiedad privada. El comunismo se presenta en principio como la mejor forma de superar los efectos nocivos que para la humanidad tiene la pervivencia de este régimen de propiedad. Marx procede a continuación a un análisis crítico de las distintas formas en que el comunismo se puede materializar. En el fragmento, en concreto, Marx analiza el comunismo como recuperación del ser humano en tanto que ser social.

Liberado de la servidumbre que constituye la propiedad privada surge el ser humano como auténtico ser social, es decir, como ser para sí al tiempo que para los demás.

En este nuevo escenario, el ser humano como género, es decir, el ser humano que actúa no como individuo aislado sino como miembro del género humano al que pertenece y libre de las ataduras del trabajo enajenado, hace de su trabajo auténtica vida social en la que como sujeto se trata a sí mismo y a los demás como sujeto eminentemente social. De ahí parte el goce social expresado en este texto.

De esta manera desaparece la confrontación entre individuo y sociedad y la que se establece entre naturaleza y hombre. La vida individual se convierte en una forma más de la vida social y la existencia natural del hombre se vuelve parte de su existencia humana.

La historia del ser humano es parte de la historia de la naturaleza puesto que es la historia de la humanización de ella misma. Si la naturaleza hace al ser humano, también el ser humano transforma actuando ambos en un bucle permanente.

Cuando Marx habla de naturalismo quiere expresar la afirmación de lo natural que habita en el hombre; cuando habla de humanismo en la naturaleza quiere con ello expresar la naturaleza transformada por la acción del hombre; y cuando párrafos más arriba planteaba la ecuación naturalismo=humanismo, quiere dar a entender la perfecta síntesis superadora que se produce en la dialéctica de los contrarios al influirse y transformarse recíprocamente. Dicha síntesis solo es posible cuando toda enajenación, en especial la que tiene su origen en la economía y en la propiedad privada, ha sido resuelta.

Justificación desde la posición filosófica del autor.

En general, por enajenación, o alienación, viene a significar “enajenación” o “extrañación”: la situación del ser humano de estar en otro, en algo ajeno: no tiene el control de su propio pensamiento, ni, por supuesto, el control de sus propias decisiones, dependiendo de un poder que le resulta extraño. El trabajo enajenado (alienado) separa al ser humano de su propia esencia y hace de la vida de ese ser humano algo separado de su ser como género (humano). Podemos señalar varios tipos de alienación: la alienación social, política, ideológica y religiosa. Pero el tipo de alienación que es el fundamento de las anteriores, es la alienación económica. Esta alienación tiene lugar cuando el producto del trabajo pasa a ser propiedad de otro, del propietario de los medios de producción, y tanto el producto fabricado como el propio trabajador se convierten en mercancías. El producto se queda en el mercado y el trabajador no consigue realizarse en el proceso productivo, sino que sufre y se deshumaniza, convirtiéndose en una cosa entre las demás que también puede ser vendida y comprada (su fuerza de trabajo) en el mercado.

El hecho de que este estado de alienación se conserve sin que un proceso de liberación conduzca a la desalienación de la humanidad, que se producirá con el comunismo, se debe a la ideología. Por ella se entiende al conjunto articulado de conceptos, símbolos, mitos, creencias, valores e ideas que se dan en una situación determinada y que pretenden explicarla, justificarla y, en la medida de lo posible, perpetuarla. Cuando a lo que asistimos es a un estado de dominación (del hombre sobre la mujer, o de una clase social sobre otra), la ideología se convierte en un instrumento para garantizar tal dominio de manera que sea aceptado por el dominado sin necesidad de acudir a otros procedimientos, como la violencia física. En definitiva, la ideología es una representación falsificada de la realidad creada con el objeto de ocultar las desigualdades económicas, sociales y políticas a aquellos que las sufren, una forma de generar una “falsa conciencia” de la realidad con el objetivo de mantener en la pasividad a las clases subalternas.

La explicación de la alienación a partir de la actividad productiva del ser humano encuentra su raíz en lo que constituye la naturaleza humana. El trabajo, la producción entendida como actividad práctico-productiva, constituye la esencia del ser humano (el ser humano se diferencia de los animales a partir del momento en que empieza a producir sus medios de vida). Es un animal no solo sociable, sino que consiste y se constituye en la sociedad; y su naturaleza consiste en la producción de su vida, que lo constituye en una doble relación: con la naturaleza y con los otros seres humanos, con la sociedad (relación social). En consecuencia, la esencia humana es, en realidad, el conjunto de las relaciones sociales, como Marx plantea en este texto que que comento. La alienación del ser humano se produce, entonces, en una determinada estructuración económico social histórica (con el trabajo enajenado y a propiedad privada); no en vano el ser humano mismo es histórico.

Al plantear la radicalidad del ser humano como ser natural humano y como sujeto, podría entenderse el marxismo como un humanismo. Humanismo porque promueve una crítica y una lucha contra la alienación del ser humano, que tiene como fin acabar con su explotación, con su conversión en cosa, y lograr su liberación.  Porque niega la existencia de un ser distinto y superior a la naturaleza y al ser humano. Por último, es un humanismo en cuanto que Marx afirma (sobre todo en el período juvenil, al que pertenecen los Manuscritos), que el ser humano es el principio de la sociedad, el sujeto de la historia y, en consecuencia, la base explicativa de su concepción teórica del mundo y de la historia. Pero junto a la radicalidad del ser humano como sujeto, se da también su relacionalidad y su carácter de resultado, en cuanto el ser humano es el conjunto de las relaciones sociales, con lo que podría considerarse resultado de un todo que lo configura y explica. Y si es resultado, difícilmente puede ser principio teórico-científico de explicación de la sociedad y de la historia (humanismo).

La integración y superación de esta aparente contradicción puede entenderse a partir del materialismo histórico, la teoría científica propuesta por Marx para explicar la estructura y el cambio de las sociedades. De ella podemos extraer las siguientes tres tesis:1) El factor determinante de historia es la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La historia consiste, en último término, en el proceso real de la producción material de la vida, la sucesión de los modos de producción. El motor de la historia es, pues, la lucha de clases. 2) En la historia, en la determinación y la configuración de su desarrollo se da una relación dialéctica entre la infraestructura (estructura económica) y la sobreestructura, si bien el fundamento económico constituye, en última instancia, el principio de explicación. 3) El vector o fin al que se dirige la historia es la desaparición de las clases y la instauración del comunismo. La marcha de la historia, acelerada por la acción del proletariado, finalizará en una sociedad comunista, acabando con las alienaciones permitiendo la realización total del ser humano. El final de esta prehistoria de la humanidad se producirá con el socialismo y la fase final, el comunismo, empezando la  verdadera historia de la humanidad. Pero ello no podría  suceder si el proletariado, la clase social explotada y alienada, no asume esa condición de sujeto revolucionario. La síntesis entre humanismo y dialéctica de la historia surge con la posibilidad de que los individuos que componen el proletariado, adquiriendo conciencia de su situación, conciencia de clase, puedan superar el estado de alienación y conciencia ideologizada accediendo al ideal revolucionario. El comunismo sería la plena emancipación y apropiación por parte del ser humano de su esencia genérica. En esto consiste el comunismo que Marx plantea en este texto, y más adelante, tras haber sometido a critica otras propuestas de comunismo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario